El Senado de Estados Unidos aprueba la reforma fiscal impulsada por el Partido Republicano y Donald Trump, presidente de EEUU, por la que se reduce el impuesto de sociedades a las grandes corporaciones para potenciar la inversión y que incrementaría en los próximos años en 1'4 billones de dólares la deuda nacional.
Trump ha conseguido la aprobación del Senado y ahora se iniciarán las conversaciones con la Cámara de Representantes para unificar las dos versiones existentes de la reforma en una sola ley. El presidente desea que esto suceda antes de acabar el año para así marcarse un tanto al apuntarse su primera gran victoria legislativa.
La reforma no goza de buena prensa entre los demócratas que han criticado duramente la esencia de la modificación, que entienden como un regalo al sector más rico a costa de la clase media, y también el secretismo, ya que el borrador final no ha estado disponible para el público hasta pocas horas antes de la votación.