Un informe intervenido por la Guardia Civil en casa del exjuez y exsenador Santiago Vidal dibujaba un panorama negro para España, Europa, bancos y multinacionales si Catalunya no seguía en la Unión Europea y si no era admitida de inmediato en el Espacio Económico Europeo, al que esperaban que se les permitiera unirse igual que lo están Noruega, Suiza, Islandia o Linchtenstein.
En el citado documento, realizado por "Economistas por la Independencia", se ponían ejemplos concretos de los perjuicios que tendrían empresas como Repsol, Volkswagen o Nissan si se dificultaba el comercio. El texto también decía que la UE necesitaba que Catalunya permaneciera en la zona euro para evitar que Caixabank o Banco Sabadell desestabilizaran Europa y la moneda única.
En el caso de la petrolera Repsol, se argumentaba que tiene una refinería en Tarragona, a la que llega el petróleo por mar para ser transformado en gasolina que luego es distribuida al resto de España por camiones cisterna, por lo que creían que si se establecían aranceles, la "primera perjudicada" sería Repsol, así como las gasolineras y los usuarios españoles. Y añadían que esto mismo ocurriría con muchas empresas españolas que tienen plantas en Catalunya.
Pero, según estos economistas, Catalunya tendría otras ventajas por su posición geográfica, como la de ser una de las principales salidas de España hacia Europa. En base a este argumento, se preguntan si a España y a Francia les interesa implantar aranceles o desviar todo el tránsito por Irún. De hecho, apuntan jocosamente sobre la posibilidad de que las mercancías salieran por la frontera de Aragón con Francia: "¡pero si no tiene conexión con autopistas o el ferrocarril francés!".
Añaden, como ventajas, que esta región es un "mercado importantísimo para las empresas españolas". "Si Catalunya queda fuera del Espacio Económico Europeo y los productos españoles tienen que pagar aranceles, verían gravemente perjudicada su exportación al mercado catalán" y los perjuicios para las empresas españolas "serían muy graves".
Pero los perjuicios no serían sólo para España, también lo serían para la UE, según este documento, que recuerda que la mayor parte de las exportaciones catalanas corresponde a las multinacionales instaladas en su territorio. Pone el ejemplo de que el 75% de la producción de Seat-Volkswagen, en Martorell y de Nissan, en Barcelona, se destina a la exportación. Y el 90% de la producción de Novartis, también.
Sin embargo, ninguno de estos escenarios que dibujaba el citado estudio se ha cumplido. De hecho, tras el referéndum ilegal de independencia del 1 de octubre comenzó un éxodo de empresas desde Catalunya que ha supuesto el traslado del domicilio social de más de 2.000 sociedades, de las que más de 1.000 han cambiado también el domicilio fiscal. Los primeros en anunciar que cambiaban de sede fueron los bancos: el Banco Sabadell, que se ha domiciliado en Alicante, y la Caixa, en Valencia.
El citado trabajo encontrado en el ordenador del exjuez Santiago Vidal comienza explicando que Catalunya tiene una dimensión como las de los países más prósperos de Europa -entre los que cita a Bélgica, Suiza, Dinamarca o Noruega- y con un PIB por habitante de 27.298 euros, superior al de la media de la UE que sitúa en 25.700.
Sigue explicando que los tratados de la UE no han previsto "específicamente" un proceso de libre determinación de un pueblo que forma parte de un Estado miembro. Pero sí citan parte de otros artículos de la Carta de Naciones Unidas para defender el principio de la libre determinación de los pueblos.
En este contexto, exponen los distintos escenarios a los que se pueden enfrentar con la UE: permanencia, adhesión rápida, adhesión ordinaria o exclusión temporal. Y ya prevén alternativas a la "no integración rápida", como serían un acuerdo bilateral con la UE; la continuidad en el Espacio Económico Europeo a través del EFTA y al espacio Schengen y la firma de acuerdos de libre comercio o uniones aduaneras con terceros estados.
Pero hay un apartado en el que se preguntan cuál es el escenario más probable y concluyen que la UE no prevé un supuesto como el que plantea Catalunya, pero que "tradicionalmente" ha adoptado una actitud "extremadamente flexible" y "pragmática" a la hora de dar solución a los problemas imprevistos. Y ahí es donde introducen el ejemplo de Eslovenia.
En otra parte del informe se pone de manifiesto que para Catalunya sería una ventaja no tener que contribuir a la UE, incluso sitúa a esta comunidad autónoma como la que más aportación neta realiza a la UE en un gráfico comparativo. Es más, afirma que Catalunya "podría destinar los fondos que ahora van a la UE a subvencionar directamente lo que crean más conveniente".
La explicación que hace es la siguiente: España aporta 13.083 millones de euros a la UE; de esa cantidad, Catalunya aportaría a la UE 2.600 millones y recibe 311'2 millones de la PAC y 211'6, de los fondos FEDER, FSE, FEADER, FEP i Fons de Cohesión.
Pero si Catalunya estuviera fuera de la UE, no aportaría nada y no recibiría nada con lo que, concluyen, el resultado para el nuevo Estado sería positivo en 2.600 millones de euros porque, alegan "Catalunya aporta 5 veces lo que recibe de la UE".