El paro de país, disfrazado de huelga laboral, irrumpe en las carreteras catalanas este 8 de noviembre. Decenas de vías cortadas de manera unilateral desde primera hora de la mañana por los independentistas en protesta por la aplicación del 155 en Catalunya y para exigir la libertad de los Jordis y la de los exconsellers del Govern.
El paro, convocado por Intersindical-CSC y sin el apoyo de CCOO y UGT –sindicatos mayoritarios-, interrumpe el tráfico en diversos puntos de Girona, Tarragona, Lleida y Barcelona. En diversas zonas de Catalunya colocan obstáculos en las carreteras para impedir el tránsito. Estaciones de ferrocarril y la del AVE en Girona también se han visto perjudicadas. Los manifestantes se han colocado en las vías para impedir el paso de los trenes.
Barcelona está completamente colapsada. La capital catalana queda paralizada tras los cortes en las Rondas y en las vías principales de la Ciudad Condal, provocando así afectaciones también en el transporte público.
Las mayores retenciones derivadas de estas incidencias se producen en la A-2 a la altura de Sant Joan Despí, donde se registran 15 kilómetros de congestión, 9 kilómetros en la C-58 en Vacarisses, 6 en la AP-7 en Santa Perpètua de Mogoda, así como en la B-20 y en la C-17 a la altura de Tagamament. En el interior de Barcelona, la Guardia Urbana informa de problemas de circulación en la avenida Diagonal, en la Gran Vía, y en la avenida Paral-lel.
Estos cortes, que han impedido el paso a aquellos que no están de acuerdo con este paro de país camuflado por una huelga laboral, eleva la tensión entre la sociedad catalana. Enfrentamientos puntuales, sin mayores incidencias, entre conductores y manifestantes en varios puntos de Catalunya.
A pesar de las presiones e impedimentos por parte de los piquetes, la actividad laboral continúa, no sin ciertas dificultades. Una gran cantidad de establecimientos en Barcelona han decidido abrir sus puertas y no secundar la movilización.
Este paro general, programado sobre el papel para “reclamar mejoras salariales y laborales”, es en la práctica una protesta creada para defender la independencia de Catalunya y exigir la puesta en libertad del exGovern catalán.
El independentismo desdibuja el significado de la huelga e intenta impedir de manera unilateral que aquellos que no están de acuerdo puedan acudir a trabajar. De nuevo, la libertad de unos condiciona a la de otros este 8 de noviembre en la comunidad catalana. "Mi libertad se termina donde empieza la de los demás", decía Jean Paul Sastre.