El bloqueo informático al censo electoral del 1-O fue sin duda el movimiento estratégico más determinante durante la jornada independentista. Al margen de la violencia policial esta orden de la juez del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya que investiga al Govern por la organización del 1-O, Mercedes Armas, fue decisiva para el referéndum.
Cuarenta y cinco minutos antes del inicio de la votación el Ejecutivo catalán activaba uno de sus planes de contingencia: establecía el censo universal y el voto sin sobre. Además la Generalitat accionaba maniobras informáticas alternativas para lograr hacer el recuento y burlar los requerimientos judiciales, según señala la magistrada.
Mercedes Armas avisa de que el recuento de votos se ha producido “sin ningún marco legal” y en un auto de la noche del domingo –en el que ordenó a Amazon bloquear servidores que gestionaban la aplicación ‘Registro de catalanes y catalanas en el exterior’- sostiene que con todos los movimientos informáticos “se evidencia que el Govern continúa en una clara actitud renuente” al cumplimiento de la orden del Tribunal Constitucional pero también de las de la propia juez del TSJC.
Armas ordenaba bloquear el sistema informático del referéndum para impedir su celebración. El ataque al aparato logístico se hacía efectivo con el bloqueo de servidores que gestionaban la aplicación del voto de los catalanes en el extranjero para el DIPLOCAT y con la suspensión de diferentes aplicaciones tramitadas por el CTTI y por el CESICAT. Estos movimientos judiciales obligarían a los miembros de las mesas electorales a realizar las tareas de manera manual.