Algo más tarde de las 20 horas llegaba el equipo forense para proceder a la exhumación y retirar restos biológicos del cadáver del pintor. Toda una comitiva esperaba en el interior del Museo y en la calle, como si de una premier se tratara, los curiosos y los medios de comunicación se agolpaban expectantes en el exterior.
Los equipos técnicos tardaban en abrir el ataúd debido a la presencia de una capa de cinc. Hasta las 22:20 horas no conseguían abrirlo y se cerraba en torno a las 23:40 horas. Más allá de este contratiempo sin relevancia, la exhumación se realizaba sin mayores problemas.
Los forenses conseguían hacerse con un poco de pelo, uñas, dientes y dos huesos largos que serán devueltos al cuerpo de Salvador Dalí una vez se terminen de realizar las pruebas genéticas. Está previsto que a principios de septiembre estén listos los resultados de cara a ser presentados en el juicio que se celebrará el 18 de ese mismo mes.
La única persona que no participaba en el acto surrealista de la exhumación era la supuesta hija de Dalí, la vidente Pilar Abel. El proceso, que se hacía a puerta cerrada, contaba con la presencia de todo un aparato político y judicial para observar el cadáver del pintor.
Allí estaban un letrado del Juzgado nº8 de Figueres, 3 forenses, 1 ayudante de forense, 3 personas de la funeraria, representantes de la fundación Gala-Salvador Dalí, representantes del Ajuntament, representantes de la Generalitat, 1 abogada del Estado, el abogado de Abel, el embalsamador y los Mossos d’Esquadra.
A su salida de la 'operación exhumación' la alcaldesa de Figueres, Marta Felip, declaraba a los medios de comunicación que el cadáver estaba “bien conservado”. Cabe recordar que Dalí, fallecido el 23 de enero de 1989, había sido embalsamado. Por su parte el secretario de la fundación del pintor, Lluís Peñuelas, destacaba que el característico bigote del pintor conservaba la “clásica postura de las 10 y 10”.
Tras estas declaraciones morbosas del secretario de la fundación éste mismo aseguraba que la exhumación era del todo improcedente, que era “una situación muy incómoda” y que no dejaba de ser “un acto de violencia con la persona difunta”. Peñuelas añadía que la resolución judicial no estaba “motivada” y no tenía “ningún fundamento”, ya que no hay ningún indicio de la paternidad más allá del acta notarial de la declaración de una señora amiga de la madre de Abel.
El abogado de la Fundación Gala-Dalí anunciaba que estudiar realizar acciones legales contra la vidente. Albert Segura mantenía que se acogerán a sus derechos para reclamar los costes de la operación en el supuesto de que las pruebas demuestren que no es hija de Dalí. En caso contrario ésta tendrá derecho al 25% de la herencia del pintor surrealista.
Habrá que esperar a septiembre para saber si Dalí tiene una hija en Figueres. Con su exhumación y con todo lo que ha rodeado a la operación el pintor se convertía, después de muerto, en el protagonista de un 'cuadro' surrealista digno de su vida artística.