El presidente de la SCC, Mariano Gòma, envía una carta al Síndic de Greuges, Rafael Ribó, pidiendo su dimisión del cargo. Gòma considera que el Síndíc se ha convertido en un “instrumento al servicio del secesionismo” y juzga como una falta grave la “descalificación” que Ribó hizo sobre esta entidad civil en un acto el 29 de mayo en el Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona (ICAB).
El Síndic en la presentación del informe sobre ‘Retrocesos en materia de derechos humanos: libertad de expresión de los cargos electos y separación de poderes en el Reino de España’ realizada en el ICAB, manifestaba que le daría “vergüenza” pertenecer a la Societat Civil Catalana, según defiende Gòma en su misiva.
El presidente de SCC considera estas declaraciones como una “acusación inaudita” y una “descalificación” que resulta “inaceptable”. Gòma invita a Ribó a renunciar al cargo y critica la “sumisión” de la institución a unas “administraciones capturadas por el separatismo”. Insta al Síndic a que "si quiere trabajar para la causa soberanista" lo haga abiertamente "pero no secuestre una institución que es de todos los catalanes".