China ha celebrado este sábado el anuncio del líder norcoreano, Kim Jong Un, de suspender las pruebas nucleares y de misiles, ya que ha alegado que esto ayudará enormemente a rebajar la escalada de tensiones en la Península de Corea y promover la desnuclearización. Sin embargo, Japón no se fía y pide no relajar la presión sobre Corea del Norte hasta que las palabras vengan respaldadas por los hechos.
El ministerio de Exteriores chino ha aplaudido la decisión de Kim por medio de un comunicado: “China cree que la decisión de Corea del Norte ayudará a mejorar la situación en la Península (…). Desde China le damos la bienvenida a esta decisión”. Cabe recordar que a finales de marzo el presidente norcoreano se reunió con el mandatario chino, Xi Jinping, en Pekín, encuentro tras el cual manifestó su intención de desnuclearizar la península de Corea.
Pero no todos los países se fían públicamente de las palabras del líder de Corea del Norte, que ya en otras ocasiones no ha cumplido con lo prometido. Es el caso de Japón, cuyo ministro de Defensa, Itsunori Onodera, ha afirmado que “no es el momento” de relajar la presión sobre el país, según ha informado la agencia de noticias nipona Kyodo News.
Por su parte el presidente japonés, Shinzo Abe, ha calificado la decisión de “avance”, pero al mismo tiempo ha subrayado que es necesario asegurarse de que la medida norcoreana “lleve a una eliminación completa, controlada e irreversible del armamento nuclear, armas de destrucción masiva y misiles balísticos”. “Durante la cumbre EEUU-Japón debatimos cómo hay que reaccionar ante distintos cambios en Corea del Norte”, ha apuntado Abe.
Y es que Japón tiene razones para sospechar de las intenciones del presidente de Corea, que ya ha utilizado anteriormente el chantaje nuclear como estrategia política.
En este caso Kim ha anunciado la suspensión de los ensayos y ha añadido que lo hace porque ya se ha completado el programa nuclear. Además y según se desprende de la resolución del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, el país se reserva el uso de armas nucleares, es decir, no las utilizará mientras no tenga que hacer frente a amenazas ni provocaciones, lo cual contradice a las manifestaciones anteriores sobre la desnuclearización de la península de Corea.
Según los analistas este nuevo anuncio todavía no presenta garantías y se desconoce qué está dispuesto a aceptar y qué pedirá Corea del Norte. No obstante los antecedentes apuntan a la solicitud de posibles contraprestaciones económicas, hipótesis que gana puntos teniendo en cuenta las sanciones impuestas al país por parte de la comunidad internacional y las últimas declaraciones de Kim: “Nos concentraremos en los esfuerzos por construir una economía socialista fuerte y movilizar los recursos materiales y humanos del país para incrementar de forma radical el nivel de vida del pueblo”.